Placeres culpables: Nashville, Revenge, Dallas



Hoy no os traemos una serie mala, ¡sino 3! Quizás 'mala' no sea la palabra para definirlas pero sí que son totalmente placeres culpables. Tres series que retoman el espíritu de culebrón de alto copetín de los 80 (de hecho una de ellas no deja de ser una continuación de un clásico del género) , que tan bien supo rescatar Gossip Girl y lo elevan a la máxima expresión del mamarrachsimo y el bitcherío más sublime. 

La primera de ellas es Revenge, la venganza personal de Emily contra la familia Grayson capitaneada por la mala malérrima Victoria (Madeleine Stowe, operada por su peor enemigo y con unas miradas que ni la mismísima Angela Channing) a la que culpa de haber primero encerrado a su padre y luego haber acabado con él. Las vueltas de tuerca de guión y los cliffhangers de quitar el hipo son marca de la casa en una serie que ya por su cuarta temporada no sabe de dónde tirar. Aun así, solo por Madeleine Stowe merece la pena.



Dallas decidió hacer su comeback 20 años después de la serie original con los hijos de JR y Bobby Ewing, manteniendo a los protagonistas originales (Patrick Duffy, Larry Hagman y Linda Gray como la borracha Sue Ellen) y contando.... pues más de lo mismo. Aunque esta vez Ewing Industries se debate entre seguir extrayendo petróleo y las energías renovables, la esencia sigue ahí: culebrón puro y duro. Todos se lían con todos, explosiones, muertes ( a de JR esta vez no tendrá vuelta atrás al morirse Larry Hagman) y líos familiares. Aguantó 3 temporadas aunque la verdad es que no era ni la mitad de divertida que la original. 



Nashville es como mezclar Glee con la vida de la Britney Spears del country enfrentada a la Shania Twain de turno. Mucho pelo cardado y dos divas, Rayna James (Connie Briton, a quien vimos en la primera temporada de American Horror Story) y Juliette Barnes (Hayden  Pannetiere, la 'porrista/cheerleader' de Heroes) en constante lucha por el podio de quién vende más discos y triunfa en el duro mundo del country. Parece mentira que siendo una música tan tradicional y poco exportable consiga que los temas que cantan los protagonistas lleguen al espectador, con verdaderos temazos como Don't Put Dirt On My Grave, Wrong Song o Black Roses
Las tramas también tienen mucho de política e incluso de denuncia social con un nuevo personaje, Will, que tiene que seguir en el armario para que sus fans no dejen de comprar sus discos (¿Os suena de algo?). Aquí tenéis los 3 temas mencionados:






Comentarios